A medida que las habilidades comunicacionales se especializan, crece la expectativa por mantener un ambiente de trabajo colaborativo en el que todos estén dispuestos a escuchar y ayudar a otros a resolver problemas laborales.
Sin embargo, a pesar de que queramos fomentar una cultura de cooperación dentro de nuestro equipo de trabajo, en ocasiones no contamos con la disposición para ayudar a otros, bien sea porque estamos ocupados con nuestras propias tareas, o distraídos con otras preocupaciones.
Es también en esos momentos de concentración donde las distracciones suelen molestarnos más, llegando incluso a hacernos contestar de forma descortés a quien ose desviarnos del nivel de enfoque al que tanto nos costó llegar.
Esta situación es más común de lo que crees y no siempre se traduce en que debas quedarte sin amigos a cambio de tu productividad. Hay maneras de ayudar y ser ayudado sin que tengas que sacrificar tu tiempo, ni el de otros.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard a más de 300 trabajadores, determinó que la forma en la que respondemos a las solicitudes o invitaciones de colegas y amigos, influyen directamente sobre nuestra conducta y percepción interpersonal.
¿Qué tanto valoramos una relación que podemos descartar sin ninguna consideración? Esta pregunta puede hacernos reflexionar acerca de la impresión que damos a otros cada vez que decimos que no a sus peticiones.
No significa tampoco que por miedo a ser groseros, tengamos que sin falta, decir que sí.
Tanto el lenguaje oral como el corporal te permiten transmitir un mensaje de tantas maneras, que mantener la cordialidad, aun cuando la respuesta a la solicitud que te hacen no sea positiva, es más fácil de lo que piensas.
Todo se trata de estar conscientes de nuestro entorno y hacerles saber a otros, amablemente, cuando estemos ocupados, no queramos interrupciones o no los podamos ayudar.
Responder con amabilidad puede significar decirles que no cuentas con el tiempo, que necesitas un par de horas para terminar lo que estás haciendo u ofrecerle alternativas para que resuelvan el problema de otra forma.
Cuida la comunicación que entablas con otros. Al igual que todas las relaciones, las laborales también se forman y desarrollan con respeto, educación y por supuesto, trabajo duro.
