Es común encontrarse en la zona de concentración ideal, en la que sentimos que estamos totalmente enfocados en la tarea, y que sea justo en ese momento en el que nos veamos interrumpidos por un colega. Como sabemos, volver a concentrarse luego de una interrupción toma tiempo y es comprensible que nos irrite la pérdida de enfoque justo cuando estábamos avanzando de manera óptima.
Pero siempre debemos considerar la posición del otro y reaccionar de manera amable a la interrupción, ya que, debido a nuestra premura o falta de tacto, en ocasiones podemos tratar al interlocutor de manera descortés.
Esto es algo a tener muy en cuenta, debido a que las descortesías en el trabajo pueden pasar factura de manera general en el ambiente y no quedarse únicamente como un incidente aislado, sino convertirse en una vivencia generalizada en la oficina.
La creciente carga de trabajo, la constante falta de tiempo que las personas perciben que tienen y el aumento del estrés en general; pueden ser algunas de las razones por las que la descortesía y los malos tratos va en aumento en los ambientes laborales.
De hecho, según una encuesta realizada por la revista Harvard School of Business sobre por qué los trabajadores eran groseros con otros, el 60% de los encuestados dijo, como razón para serlo, que actuaban así con sus compañeros porque no tenían tiempo para ser amables. Y esta falta de cortesía no afecta únicamente a las relaciones entre sus trabajadores; también afecta a sus ganancias.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Michigan encontraron que la descortesía en el lugar de trabajo les cuesta a las empresas, aproximadamente, $14,000 por empleado. Esto debido al declive en productividad, problemas de concentración y pérdida de tiempo laboral que los malos tratos ocasionan en el trabajador.
Todos podemos tener un mal día, o sentir que se nos ha interrumpido en un momento crucial de nuestras tareas, pero no debemos caer en excusas con el fin de justificar nuestro mal comportamiento porque siempre tenemos la opción de escoger las actitudes y palabras educadas hacia los demás.
Cuando no puedas atender a la solicitud que te haga un compañero, o supervisor, tan solo debes hacérselo saber de manera educada y pedir que te de tiempo para terminar tus deberes. Esto será mucho mejor que salir con una mala respuesta y generar un mal ambiente.