Según un estudio realizado por el Dr. Wayne Baker, director del Centro de Organizaciones Positivas de la Universidad de Michigan y autor del libro All You Have To Do Is Ask: How to Master the Most Important Skill for Success, las personas que hacen preguntas pensadas, intencionadas e inteligentes, son consideradas las más competentes.
Solicitar ayuda, puede en muchas ocasiones marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto. Pero, si bien mucho se habla sobre lo importante que es pedirla cuando la necesitamos, poco se dice sobre cómo debemos hacerlo.
Alcanzar cualquier nivel profesional requiere de una serie de habilidades que vamos adquiriendo con el tiempo. Estas habilidades nos permiten entablar relaciones efectivas en las que tanto tú, como el resto de los integrantes de tu equipo, consiguen resultados sin perjudicar el rendimiento de otros.
Las relaciones laborales a pesar de crearse en un entorno donde predomina lo profesional, no dejan de ser relaciones y como tal debemos tratarlas. Esto significa que debemos dominar el arte de la buena comunicación entre colegas dentro del área de trabajo.
La buena comunicación en este caso, depende no solo de solicitar asistencia, sino también de saber cómo la solicitamos, qué es exactamente lo que pediremos, en qué momento y a qué persona.
También debemos tomar en cuenta que pedir ayuda es un acto bidireccional en el que debemos considerar la situación de la persona que nos puede ayudar y si estamos afectando o no su concentración y productividad, a cambio de nuestro beneficio.
Otro planteamiento importante en la investigación realizada por el Dr. Baker, es que la mayoría de las personas practican la cultura de la generosidad y están dispuestas a ayudar a otros, siempre y cuando, el requerimiento vaya al grano.
Baker sugiere que antes de solicitar ayuda, analices cuál es el resultado deseado y qué recursos estás utilizando para conseguirlo, ya que tal vez sepas la respuesta a la pregunta que vas a hacer, pero no te has detenido a analizarla.
Para desarrollarse y prosperar en cualquier entorno, debemos fomentar el arte de formular preguntas correctas y comenzar a ver estas, como herramientas para alcanzar el éxito y no como demandas que deben ser cumplidas.
