Se dice que alrededor de un 30% de la población en todo el mundo desarrollan diariamente el hábito de la procrastinación en el trabajo remoto. Esto según diversos estudios de la Universidad de Oxford y Harvard.
En consecuencia, este mal hábito está afectando cada vez más la vida personal y profesional de las personas a tal punto, de proyectarse como uno de los males más difíciles de erradicar de aquí a unos cinco años.
Estas mismas investigaciones concluyeron que este tipo de conductas es cada vez más habitual en el teletrabajo. El motivo, es que a medida que pasan los años, las personas tienden a priorizar más el presente en lugar del futuro.
Además, al tener al hogar como oficina, se tiende a dar más importancia al descanso que al trabajo como tal.
Es por ello que les resulta más fácil evitar pensar sobre las consecuencias futuras aun cuando esto les conlleve resultados negativos solo por el hecho, de que se sienten seguros en casa.
A pesar de este panorama, es posible controlar, disminuir o incluso evitar la procrastinación en el trabajo remoto siguiendo una serie de 7 consejos:
1. Evitar distracciones.
Puede parecer obvio, pero es algo importante en donde la mayoría falla. Cuando se tiene al hogar como oficina, es fundamental separar un espacio en donde no existan interrupciones ni distracciones.
Ya sea un rincón, una habitación en particular o en un balcón, es necesario contar con un espacio dentro del hogar donde conscientemente la persona asuma que es un lugar para trabajar y no descansar.
Debe tener correcta iluminación, contar con ventilación adecuada y en la manera de lo posible, aislada del ruido externo.
2. Planificación para atender prioridades.
Anotar en una agenda, hacer un cuadro en Excel, tomar nota en un cuaderno. Todas estas acciones son válidas a la hora de planificar correctamente.
Se recomienda comenzar por lo más fácil y luego poco a poco ir avanzando hasta llegar a las tareas más desafiantes. De esta forma, la necesidad de procrastinar se puede disminuir notablemente.
3. Enfocarse en resultados inmediatos.
Es mucho más sencillo pensar en pequeñas recompensas inmediatas que tener en mente aquellas con consecuencias a largo plazo. Solo basta con pensar en los resultados directos que se disfrutarán al terminar una tarea para tener la motivación necesaria para completarla sin necesidad de procrastinar.
En cambio, enfocarse en exceso en los resultados a largo plazo, puede traer dudas y, en consecuencia, la necesidad de procrastinar.
4. Dedica tiempo a descansar y hacer pausas activas.
Hay que evitar trabajar largas jornadas sin detenerse. Esto no es productividad, al contrario, promueve el cansancio excesivo a futuro y al final, la procrastinación inminente.
Lo recomendable es tomar pequeños lapsos de tiempo laboral y detenerse. En ese descanso, se puede tomar una taza de té, hacer ejercicios de pausa activa, respirar, meditar y luego de finalizado este tiempo, continuar con el trabajo.
El hecho de que se trate de trabajo en casa no implica que no se pueda descansar. La clave es encontrar el equilibrio entre el descanso y trabajo aun cuando se estén llevando a cabo actividades dentro del hogar.
5. Evitar pensar de más.
Muchas veces la procrastinación se da como consecuencia de pensar mucho y dudar sobre hacer o no una tarea. Esto, producto de que la persona no se siente capaz de llevarla a cabo o de tan siquiera comenzar a hacerla.
La recomendación es planificar en orden de dificultad. Luego, comenzar a llevar todo a la acción sin pensar que hay un momento perfecto. Por último, evitar concentrarse tanto en la dificultad de la tarea, se trata simplemente de comenzar sin pensar tanto en el inicio más allá de la planificación y organización.
6. Ejercitarse antes o después de la jornada de trabajo.
Tal como sucede en el trabajo presencial, practicar ejercicios físicos con regularidad ayuda a aumentar la productividad, el enfoque y la concentración en las tareas pendientes.
Al ejercitarse, las personas liberan la mente de cualquier pensamiento negativo y se enfocan en lo realmente importante. Además, hay mayor claridad para pensar en las consecuencias de la procrastinación y en cómo pueden afectar el progreso en el futuro.
7. Mantener un sistema de auto-recompensas.
Cada logro cuenta, por más pequeño que parezca. Es por ello que mantener un sistema de auto-recompensas aumentará la motivación para cumplir con más tareas y evitar en todo momento la procrastinación.
Además, este es el mejor motor para mantener también el foco en los objetivos y seguir trabajando en función de llegar a la meta final.
Es posible mantener la procrastinación al margen de las actividades diarias si en verdad se trabaja en el enfoque adecuadamente aplicando estos consejos. Sin embargo, también dependerá mucho de la fuerza de voluntad de cada persona y en sus metas personales a corto, mediano y largo plazo.