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Los 5 niveles del conflicto y cómo manejar cada uno

Cualquier tipo de conflicto dentro de una organización, puede tener un gran impacto en su cultura si no se maneja de forma adecuada.

En medio del conflicto, muchas veces los involucrados sienten que hay algo que falta en el lugar de trabajo. Esto se traduce también en una disminución de la productividad y satisfacción laboral. 

Sin embargo, no todas las consecuencias del conflicto son negativas, ya que también pueden servir para detectar vacíos y fallas en los procesos dentro de una organización.

Por otra parte, es normal que en los equipos de trabajo se generen conflictos causados por una mezcla de: 

– Distintas personalidades

– Ideas

– Enfoques

– Diferentes formas de hacer las cosas

La clave está en saber identificar los tipos de conflictos que existen y ser asertivos a la hora de abordarlos, dando paso a la comunicación y escucha activa antes de ofrecer una respuesta o solución a la situación.

Niveles del conflicto.

Conocer y entender los niveles de conflicto nos ayuda a entender las diferencias entre cada uno y cómo podemos reducir el daño y aprovechar sus aprendizajes: 

1. Intrapersonal

El conflicto intrapersonal se produce cuando un individuo está luchando con sus emociones, su moral, sus valores y sentimientos. 

Este tipo de conflicto puede ser uno de los más difíciles de lidiar porque es el individuo el que debe hacer algo al respecto.

Se presentan en forma de decisiones difíciles o entre lo que “quieres hacer” y lo que “debes hacer”.

Para gestionarlo de forma efectiva, es necesario hacer introspección y alinear la decisión con tus valores, con tu forma de desenvolverte. Imagina el escenario final y piensa si te satisface la decisión que tomaste o estás por tomar.

2. Interpersonal.

El conflicto interpersonal implica a más de una persona y puede surgir de «diferentes personalidades o perspectivas sobre cómo lograr los objetivos».

Se dan en cualquier organización, empresa o unidad familiar y a menudo entorpecen la interacción no solo entre los que están en desacuerdo, sino también entre personas que no tengan nada que ver con el asunto.

Si se quiere manejar este tipo de conflicto y dar con la mejor solución, es necesario que ambas partes se comuniquen, analicen la situación y acuerden una solución en común en la que el resultado beneficie a todos.

Definir y contextualizar son factores que los ayudarán a lograr el mejor escenario posible.

3. Intragrupo.

El nivel de conflicto dentro de un grupo puede depender tanto de la dinámica del equipo, como del número de personas que trabajan juntas, personalidades individuales y habilidades.

Es común que se de este tipo de conflicto incluso si todos quieren lograr el mismo objetivo, pero tienen formas distintas de llegar al resultado final.

Para resolver los conflictos intragrupales, es necesario discutir y escuchar a los involucrados, establecer un punto de acuerdo y alcanzar una resolución final.

La comunicación asertiva en este caso, será clave para entender a otros y ser entendido.

4. Intergrupo.

Los conflictos intergrupales pueden surgir entre miembros de diferentes divisiones, departamentos o grupos de trabajo. También pueden producirse entre quienes tienen objetivos o valores generales diferentes. 

Es uno de los niveles de conflicto más habituales y depende en gran medida de un problema o vacío en los procesos de la propia organización que no permite que los distintos departamentos tengan opiniones o poder de decisión sobre distintos temas.

La mejor forma de resolver los conflictos intergrupales, es: 

1. Establecer una mesa de diálogo

2. Establecer el objeto de discusión

3. Conversar sobre cuál puede ser la mejor solución posible para todos.

5. Intraorganizacional.

Los conflictos intraorganizacionales a menudo derivan en ambientes de trabajo pesados y resultan por una falta constante de comunicación y poca motivación de parte de los involucrados. 

En este caso, lo mejor es recurrir al coaching organizacional y así poder crear mesas de diálogos que permitan a tanto empleados como directivos, discutir, planear y resolver.

El conflicto es necesario y hay mucho que, tanto individuos como organizaciones, pueden aprender de este para mejorar la forma en que consiguen resultados y se relacionan con su entorno.

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